viernes, 9 de mayo de 2008

FLASHBAHCK 6: JURASSIC DISCO PARK


Esta mañana el sereno dibujaba la planicie lunar sobre la carrocería del coche, el cielo parece despejado lo cual da a entender que será un día de los de coger la toalla, el protector solar y tirar rumbo a la playa.

Dicho y hecho.

Y aquí estoy, a las cinco de la tarde sentado en un banco del paseo marítimo disfrutando de un helado de pistacho en cucurucho y debatiendo si continuar haciendo uso de la raquítica y casi inservible cuchara de plástico o dar paso a los lametones. Difícil decisión. La cuchara al carajo.

Nada interrumpe mi golosa tarea hasta que una voz de espartano en versión original me llega desde el paseo por el cual pulula la gente, cuatro titanes como recién salidos del Mister Olimpia ríen a carcajadas por lo que deduzco que debe ser una conversación divertida, y digo deduzco ya que a pesar de que las tronantes voces se deben oír hasta en las antípodas no entiendo ni pío.

Ingleses son los colegas, 4 Wayne Roonie 50% agua 50% winstroll, con una piel color rojo gamba que intuyo se debe al mal uso, por no decir inexistente de la protección solar, dígase que la escena llama la atención y les acompaño con la mirada mientras pasan por delante del banco donde me encuentro esperando disimular en caso de que alguno de los colosos interprete mi curiosa ojeada como un acto de desafío.

Para mi desgracia, dicho y hecho otra vez.

Uno de los colosos parece que intuye mis artes ninjas de espionaje, y gira la cabeza ofreciendo un semblante hooligan aterrador, suerte tengo de que llame más su atención el helado que comienza a temblar en mis manos imaginando la escena de un abusón de patio de colegio arrebatándole el desayuno al esmirriado de turno, pero pierde el interés, por si las moscas ya he activado el plan de emergencia, mis ojos deambulan por el edificio que tiene como fondo el desfile de las fuerzas armadas inglesas.

Una extraño hormigueo me recorre las entrañas, ese edificio me resulta familiar.

Consta de dos plantas con algunas cafeterías y parece que un restaurante de esos de música en vivo, donde algunas noches son amenizadas por un artista de la farándula con guitarra, un piano, saxofón y hasta con un banjo los he visto haciendo un popurrí de grandes éxitos europeos donde no faltan Elton John o Phil Collins, los guiris cenan casi a esas horas así que ya se puede oír al Asurancetúrix de turno (el bardo que atormentaba con sus horribles canciones a los galos en los cómics de Asterix y Obelix) dejando sordos a los comensales del restaurante en cuestión y por consiguiente ahora que me estaba acercando a curiosear, a mí.

La parte baja contiene todo el repertorio de cafeterías, el restaurante y lo que parece un billar ahora que estoy cerca, la parte alta a pesar de estar en un lugar perfecto para cualquier tipo de negocio turístico y provista de unas bonitas cristaleras y una amplia terraza, es territorio fantasma y parece completamente deshabitada.

Y me suena de algo, y bastante. Claro que me suena, como que ahí estaba ubicada una famosa discoteca la cual recuerdo increíblemente poblada por las noches, y ahora no está, así son las modas, imagino que se hizo insostenible mantener el local según fue perdiendo visitas al desparecer como he dicho la moda de ser el lugar de encuentro. Regularmente iba con el habitual grupo de amigos a quemar un poco los efectos del alcohol ingerido, primero paseando hasta encontrar un espacio amplio donde hacer como si supiésemos bailar, el sentido del ridículo se solía quedar en el fondo alguna botella de ron tirada en los contenedores del lugar donde se producía el botellón . Más tarde, cansados de hacer el idiota bailando y con ganas de otra copa, nos dejábamos la cartera mentando a la madre del que pone esos precios en las discotecas y daba comienzo un ritual, el paseo en fila india por el interior de las salas con distinta música en las que se dividía la discoteca, echando una ojeada a las coquetas señoritas que algunas veces era correspondida. Por último, terminábamos donde siempre, o bien apoyados en la barra americana del bar o en la barandilla de la terraza viendo a la gente pasar y dándole coba a inútiles pero divertidas conversaciones.

Pedazo de rollo acabo de soltar como preámbulo de la historia que acontece, pero este es el escenario donde se desarrolla y aquella época llena de recuerdos, de fiesta y alcohol es a donde me dirijo, por no mencionar a los cuatro colosos que en cierto sentido son participes de el viaje que llena esta página, tanto en el presente como en el pasado pero bajo otra piel…

Año 1996, agosto, probablemente a altas horas de la madrugada, comienza el FLASHBACK.

El sudor resbala por mi frente, algo mareado por la falta de aire pero con ganas de observar un poco más el panorama no me decido a salir a la terraza de la discoteca. Las vistas son espectaculares y merece la pena aguantar, el codo sirve de ancla en la barra americana del bar interior y la posturita del ocho es realizada a la perfección en un intento de promocionar el género, una posturita de chulo-discoteca que por aquel entonces no me había dado cuenta del poco efecto que ejercía sobre las féminas, bastante cansadas de los James Dean de poca monta, y yo intentaba aparentar ser uno, así me iba.

Las luces son ya algo mareantes y me pregunto a cuantos les habrá dado un ataque epiléptico con dicha parafernalia, ahora verde, ahora rojo, ahora azul, ahora nada, ahora azul, ahora rojo… un no parar, sumado a la ambientación que da esa niebla que bien podrían ser gases lacrimógenos y que a veces proyectan en las pistas de baile, que no la ves venir cuando te encuentras demasiado cerca, dejando el sentido del olfato aturdido y los ojos lagrimosos. Aquello parece un paseo por las calles de Londres bajo los efectos del LSD, juraría haber visto a Jack el Destripador cerca de la tarima.

Todo controlado.

Mis amigos no aguantan la tortura y deciden migrar a la terraza, yo me quedo un ratito más, ahora voy.

Que masoquista.

Pero es que estoy absorto en el rebaño de bailarines y bailarinas amateurs que llenan la pista de baile, algunos se agitan de tal manera que podría pensar que han pisado un cable terrestre de alta tensión, “donde está la mosca aquí o aquí” es la frase que me viene en mente, un momento, de que me río, yo bailo así o peor, mi frase sería “donde está la bandada de pájaros aquí o aquí“, mejor hago burlas de otras cosas.

Antes de encontrar algo de suficiente valor como entretenimiento para continuar en el interior de ese asfixiante lugar noto en mi pobre espalda un golpe que debe provenir de alguna camarera puesto que detrás sólo tengo la barra y ellas son las únicas con acceso a flagelarme desde esa posición, que raro, me giro y veo a un chaval joven, en calzoncillos con un collar de perlas ajustado al cuello y un sombrero de cowboy de color oscuro que baila sobre la superficie de la barra, sólo puede ser un gogo, ¿pero que hace encima de la jodida barra? y en cualquier caso con el espacio que tiene a lo largo y ancho, ¿porque narices me patea?.

Enojado por el vil ataque a traición no dudo en recriminarle la acción al señor gogo.

Cassius- Oye por favor ten cuidado que me acabas de partir el omoplato macho.
Gogo- Estoy trabajando.
Cassius- Trabajando mis cervicales, en serio, con toda la barra que tienes y te quedas a mi espalda.
Gogo- Muévete tú.
Cassius- Yo estaba aquí antes que tú.

Esto está cogiendo un tono infantil.

Gogo- Que te calles, yo trabajo aquí.

Pero este tío que se cree, mandarme a callar a mí, estando borracho…

Cassius- Que me calle de qué colega, tú trabajas aquí porque gente como yo te paga el sueldo no te jode, ¿y así me tratas?.
-El sueldo aquí lo pago yo.

Una tercera persona se une a la ridícula discusión, una mujer pequeña que a duras penas asoma la cabeza detrás de la barra aparece en escena ataviada con un traje un tanto ortodoxo para servir copas y puesto que es la única que no parece nada atareada trabajando de las tres supuestas camareras que ocupan la barra, parece ser que no es ese su lugar, a eso súmale la rotundidad y el gesto serio con el que afirma que paga los sueldos y tenemos ante nosotros a la posible dueña del local, hay que andar con pies de plomo.

Cassius- Bueno pero es que estoy aquí tranquilo y con lo grande que es esto se tiene que meter detrás, vamos que al final me ha soltado una patada.
Gogó- Que tío más plasta, pues te mueves.
Dueña déspota- A ver, el gogó está haciendo su trabajo ¿entiendes?
Cassius- Sí que entiendo.

Resignado me muevo a otro lugar de la barra y continúo observando el espectáculo pero ahora un pelín mosqueado, vaya perreta la del gogó de bailar ahí, y encima con la dueña ahí de respaldo, no tenía ninguna opción de ganar, punto.

Sin casi recuperarme del indeseado éxodo a dos metros de distancia de mi antiguo hogar, pom! , otro golpe, no puede ser, es que no puede tener tanta mala leche, me doy la vuelta despacito dudando que se repita el caso, lo mato, como sea el gogó lo mato.

Gogo- Que quieres, estoy trabajando.
Cassius- ¿Hay alguna cámara oculta? ¿Te estás riendo de mí?
Gogó- Estoy trabajando.

Se acabó.

Cassius- ¡Mira gilipollas te voy a decir donde puedes irte a bailar! ¡Te puede ir a bailar a…
Dueña déspota- ¿Cómo dices tú?

La invitación “a tomar por el culo de aquí” que le ofrecía al simpático gogó no llega a su destinatario y se ve interrumpida, otra vez, por el respaldo logístico del que hace uso y disfrute mi enemigo el gogó, y la dueña déspota no conforme con mi conducta y mi tono hostil decide poner fin al asunto, levanta el brazo y con un gestito que no sé todavía como coño lo vieron, llama la atención de los de seguridad que rodean la sala y se apresuran hacia mí.

No sé si habéis visto o recordáis en caso de verla, la escena de Jurassic Park en la que cruzan un campo de vegetación bastante frondosa, como una campo de maizal que te cubre por encima de la cabeza, en esa escena el espectador puede ver con una vista panorámica desde encima de los protagonistas como son atacados por unos velociraptores que a su paso veloz hacia las víctimas dejan unos pequeños senderos como si de una estela se tratase. Eso veía yo, los maizales ahora convertidos en bailarines desvergonzados eran apartados de su camino por, creo haber contado bien, cuatro velociraptores vestidos de Armani imparables a por su presa.

Madre mía la que se está armando por esta tontería, me siento como el Dr. Alan Grant, mientras los depredadores estrechan cada vez más la distancia que los separa de mi indefensa persona.

Claro está que yo no me asusto tan fácilmente, tengo saber estar, una serenidad y una calma admirable y soy una persona de principios capaz de enfrentar cualquier situación sin temeridad alguna… así que… … así que pongo pies el polvorosa y salgo disparado de aquel lugar aprovechando el único hueco libre por el cual huir hasta la salida, mi paso es rápido, firme y cobarde al abandonar la pista de baile, puedo sentir como se acercan cada vez más y más, no quiero volver la vista, no me atrevo a mirar sus rostros de “te vamos a dar la del pulpo“, una vez que esté en la calle confío que se les pase el aparente ansia de abrir cabezas.

Cuando alguien me llama, junto a la puerta de salida de la discoteca la cual ardo en deseos de cruzar alguien levanta los brazos, a modo de tal vez hacerme un placaje en mi apresurada huida.

Con una simple ojeada puedo (para mi serenidad interior) comprobar que no se trata de uno de seguridad, el personaje en cuestión es Caterpillar, sí, como los grandes monstruos de la construcción, ¿extraño mote?, tiene su explicación, así había sido bautizado desde los quince años, una edad algo inusual para que tu grupo de compañeros de clase te pillen jugando en un montón de arena con las miniaturas que emulaban a las enormes máquinas de la nombrada Caterpillar, juguetes muy famosos dicho sea de paso entre los chavales de mi generación.

Menos mal que nunca me pillaron a mí, porque también jugaba…

No nos veíamos desde el colegio y la verdad es que se le veía con cara de grata sorpresa y con una sonrisa preparado para recibirme, pensando tal vez en compartir anécdotas e informarnos sobre nuestra situación actual y como nos trataba la vida desde que no nos veíamos, en una agradable y nostálgica conversación.

Caterpillar- No me lo puedo creer, ¿eres tú Cassius? Madre del amor hermoso pero cuanto tiempo tío, que tal…
Cassius- ¡Quita!

Y se acabó la ternura del encuentro, no reparo en meditar el grotesco gesto con el que acabo de despachar la buena intención del sorprendido Caterpillar, imagino que su cara de “que coño le pasa” se tornará (cuando logre reaccionar el chaval) en un rencor de esos de ”ya verás cuando me digas algo cabrón“. Y dejo maleducadamente plantado al pobrecillo con toda su buena actitud, tal vez pueda explicárselo otro día ¿pero es que no puede ver a mis letales perseguidores? Seguro que lo entenderá, eso espero.

Por fin me encuentro fuera de la discoteca, me continúo alejando por si acaso hasta el aparcamiento y ahí ya puedo darme la vuelta seguro de que se acabó la persecución, pero no, de eso nada, los velocisegurataraptores continúan aparentemente ansiosos de sangre.

Cassius- Eh, esperad chicos, antes de que me desmembréis dejadme que me explique.
Segurata líder- A ver que coño has hecho chaval.

Parece tranquilo, eso relaja bastante pero los otros tres esperan a sus espaldas la señal para saltarme a la yugular así lo dicen las miradas con las que me intimidan.

Cassius- Yo no soy de armar jaleos, bueno un poco sí, pero no es el caso, estoy tan tranquilo disfrutando mi copa en la barra del bar y por dos ocasiones me patea la espalda el gogo ese del sombrero cowboy y eso que me moví para no armar jaleo puesto que la dueña no parecía entenderme, no me jodas que tú tampoco me vas a creer.
Segurata líder- ¿El del sombrero cowboy? Creo que está liado con la dueña, es un pelín gilipollas la verdad, ¿entiendes que no podemos dejarte entrar verdad? Ahora mismo todos sabemos de tu descripción por la radio con la que hablamos y te tienes que quedar fuera.
Cassius- No hay problema, no más sustos.
Segurata líder- Y tío, si estás seguro que no has hecho nada malo no hace falta que corras de esa manera ¿no?
Cassius- Fue la impresión, por estos lugares de marcha son muchas las historias que he oído sobre casos parecidos en los que uno acaba lleno de moratones.
Segurata líder- No seas exagerado que somos personas ante todo hombre, las cosas se hablan, bueno lo siento chaval pero tengo que dejarte, todo aclarado si vuelves otro día no te queda más remedio que evitar al machaca de la jefa.
Cassius- Que remedio, imagino que estas tonterías las aguantáis todos los días, eso también tiene que ser jodido.
Segurata líder- Pues sí, pórtate bien anda y relájate que estás pálido, nosotros nos vamos.
Cassius- Ok adiós y gracias señor.
Sorprendido ante la serenidad con la que me despacha el líder del grupo de armarios, los veo alejarse tranquilamente y perderse de nuevo en el interior de la jungla de la cual acabo de huir. Por cierto me ha dicho no se qué de cara pálida, a ver, me miro en el reflejo de uno de los coches del parking y sí que tengo cara de lemur acojonado, la cara de siempre pero si cabe, un poco más marcada la expresión de cobardía.

Y comienza la sensación que todos habéis pasado alguna vez, la boca se me llena de una producción masiva de saliva e instintivamente me acerco a un terrario de los que adornan el parking, me agacho esperando lo único que puede uno esperar cuando te sientes mareado y tu boca no para de segregar saliva. Voy a potar.

Dios mío, no recuerdo haber comido eso, algunos que aún hacen botellón en el parking me miran con cara de comprensión y lástima, tal vez aflojen con la bebida viéndose a ellos mismos clavando las garras en el terrario y haciendo fuerza para que todo lo impuro que el cuerpo no tolera salga por donde ha entrado.

Aburrimiento, flagelación en la espalda, resignación, susto, carrera de fondo y asombro ante la calma de los gorilas a la hora de despacharme, muchas cosas he sentido en este día que no se me olvidará jamás y menos ahora que queda anclado en este diario de recuerdos.

Y encima tengo la tarea de explicarle al buenintencionado Caterpillar lo que ha pasado ahí dentro para evitar así el remordimiento que me produciría otro encuentro, pobre tío...

Ladies and gentleman, espero no aburriros con esta posiblemente, alargada lectura.

Hasta otro flashback.

15 comentarios:

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Tienes mucho estilo, Cassius, muy buena descripción de los escenarios, de los personajes, y un fino sentido del humor socarrónico y ácido, que tanto me gusta. ¿Sabes? Aunque no te lo creas, a mi me ha pasado lo mismo que a tí en alguna que otra ocasión, hace una pila de años ya, en mi epoca de estudiante, la primera fue en 1.987, Discoteca "Embrujo", en Castilleja de la Cuesta (al ladito de Sevilla), uf, todavia me duelen los ojos y hasta las pestañas. Y en Granada, 1990, la famosa pelea con mi amigo Diego, con unos cuantos vasos de mas, por culpa de una tia buenorra que nos miraba a los dos. Dios, que ostias, jamas me he zurrado tanto con uno como en aquella ocasión, nos dimos todo lo que pudimos, y al final terminamos los dos riendo y llorando al mismo tiempo y se nos hizo de dia, jo con el billar, las bolas se movian solas, parecian ovnis. ¡Jo,jo, que tiempos! Pero, sabes? lo que no te destruye te fortalece, miro aquella epoca con cariño, era muy joven, lo bueno es asumir el pasado y tomar lecciones para el futuro. Todos somos humanos, con todo lo que ello significa.

Salu2 cordiales.

Cassius dijo...

Gracias Cornevils espero continuar con el mismo rumbo, pero ya ves que soy muy lento publicando, mejor, que vaya papiros suelto cuando aporreo las teclas, gracias de nuevo por tus amables palabras.

Y sí que te creo camarada, como no lo voy a hacer cuando las salidas nocturnas son probablemente las que más acumulan recuerdos en nuestras memorias, para bien o para mal, que peleas con amigos he tenido y son las más bestias, luego eso, a llorar como niños arrepentidos que para eso son amigos jejeje.

Asumir el pasado y tomar lecciones para el futuro, apuntado queda Cornevils.

Saludos camarada.

LoOla dijo...

Aunque siempre escribas cosas largas no significa que aburras o al menos no a mí, lo haces todo muy dinámico y lo que cuentas nunca deja indiferente... Y sí, aunque tengan más espaldas que cabeza, también los seguratas son personas.

Un besote brujo!

Miry dijo...

Aunque desaparecí en combate estos días, no dejé de leeros...que lo sepas jajaja...

Tuve un pequeño combate y perdí, tenía que curarme un poquillo, que son sangre en la cara y hemorragias internas no se puede salir así a la calle, ni mucho menos, después de una ducha y unos cuantos días en reposo mental...c'est fini...


El texto...me has hecho reír y mucho, por lo que MUXAS GRACIAS!!


Un saludo!!

Anonima dijo...

Jajaja
Me ha gustado mucho como has contado la historia, y a pesar de ser larga,su lectura no ha resultado pesada,te felicito.
No hay nada mejor para terminar una noche de fiesta que una buena carrera huyendo de unos seguratas,que suelen ser siempre buenas personas,a pesar de sus 2 metros de espaldas xD
Un saludo,gracias por pasarte.

Cassius dijo...

Señorita Loola gracias por su agradable visita y su mensaje de ánimo, cierto es que son humanos los "seguratas" y que el trabajo en locales como esos por las noches quema bastante, algunos lo llevan bien y otros mal, que hay de todo xD.

Miry espero que eso de la sangre y las hemorragias sea en sentido figurado, en cualquier caso me alegra volver a verte por aquí y recuerda que siempre tendrás esta parte de comunidad bloggera que ya te has ganado, por aquí seguiremos y bienvenida de nuevo (me alegra haberte hecho sonreir) gracias por tu comentario.

Hola señorita Anónima, agradable visita también la tuya y espero que puedas disfrutar igualmente con el resto de páginas que espero escribir, me temo que serán igual de largas pero espero que no se le atasquen a nadie, que estoy aprendiendo a narrar jejeje, saludos y gracias por pasar.

EasyCure dijo...

Olé Cassius!!

Yo me parto la caja con tus flashbacks!! Especialmente por tu facilidad para meterte en líos jejeje... aunque veo que el pugilismo, como podría sugerir tu nick, no es lo tuyo. Pero...¡que ojo clínico para dar con el del tanguilla que se trajinaba a la jefa!. ¡Eso es tener imán para los problemas!.

A mi tambien me han 'caneado' en alguna que otra ocasión y como imaginarás... nunca por mi culpa ;) me río ahora... porque con las 'costillas templadas' te da 'menos risa'

Saludos 'peso welter' camarada.

Cachivache dijo...

Pobre Caterpillar, no habrá entendido nada. Larga e interesante historia, si señor. Ahora te ries pero seguro que lo pasastes mal ahí... Menudo Flashback.

Saludos

Cassius dijo...

Camarada easycure, los líos son los que más tardan en desaparecer de una mente tan "despistada" como la mía y de pugil tengo lo mismo que de astronauta, más bien soy del tipo sparring jajaja pero ese fue el álter ego que me dió por elegir y muy cierto lo de las costillas templadas. Lo cierto es que cuando uno pasa por esos trances no suele hacer ni maldita la gracia. Saludos easycure.

Sarantontón, no hay problema con Caterpillar, que por cierto ya no lo llamo Caterpillar le digo Víctor a la cara (si me lee me mata, ¡gracias anonimato gracias!) y cuando me cruzo con él en el pueblo donde vive mi madre nos saludamos y tan frescos, menos mal. Eh, que lo exageré un poco pero sí es verdad que me vió salir me saludó con la cabeza y no le hice ni puto caso, que vergüenza me dió luego...
Saludos y mola el vídeo del mar de nubes de tu blog, para quien no conozca ese paisaje característico del Teide que se pasen de visita y contemplen un poco el espectacular mar de nubes que brindan los 3718 metros.
Hasta otra.

Nepomuk dijo...

Hombre... yo voy a romper una lanza a favor de los gogós del mundo mundial: Si a mí me hicieran bailar con sombrero, calzoncillos y collar de perlas (¡de perlas!) también terminaría mi jornada laboral deseando dando coces a los clientes.

Criaturica...

Miry dijo...

Señor Cassiusk, mi sangre y hemorragias internas era cuestión de alma, me alegra decirle que están semi-curadas,así que eran figuradas jajajaja... jo, yo no tengo flashback tan gracioso...
Me gusta demasiado el vicio tabacalero...¿cómo me pones en la tesitura de dejarlo a la vez?No tienes corazón, jajajaja

Un saludo

Anónimo dijo...

La historia es larga pero porque es larga, si la primera vez que te dijo el gogo que te movieras lo hubieras hecho... la historia sería corta. A cada cosa lo suyo... Pienso yo, jejeje

Cassius dijo...

nepomuk: Yo también rompería una lanza a favor de aquel gogó, probablemente lo rompería en su cabeza... jejeje y quien dice perlas dice "perlas del todo a 100", gracias por pasar.

miry: Menos mal que no era en sentido literal, me alegro y a ver si logro yo también poner fin a lo del tabaco, el primer paso es estar seguro de dejarlo luego las ganas acaban por poder más que el vicio, eso espero xD.

Amiga: Saludos amiga y muy buena tu historia con los controles policiales jejeje

Anónimo dijo...

Perdón, hacía tiempo k no pasaba por aquí y no habia visto tu comentario. Gracias!!! que conste que tu me animaste a escribirlo.;)
Besos

Sancha Panza dijo...

Nosotros aca en la Casa de España tambien nos ponemos las boinas todos los dias y llevamos la makhila (o cachava o bastón etc.) en la otra mano. Si viven en la cuadra Sur o Este de Manitoba visitenos aca: http://casadeespanaenmanitoba.blogspot.ca/

Saludos y nos vemos!!
Viva España y Reunificacion con Puerto Rico ROBADO por los Yankees culeros en 1898!!