jueves, 1 de mayo de 2008

FLASHBACK 5: ¡ALTO EL FUEGO!


Vengo de visitar al Pelusa, colega de hace algunos años por un segundo empleo que tuve necesidad de realizar (de mala gana por supuesto) para variar por lo difícil que se me presentaba la economía por aquel entonces (como si ahora se presentara mejor, mierda...). De las pocas personas con las que entablé amistad en aquel trabajo, éste ha sido y será una de las mejores con las que me he cruzado, un chaval tranquilo con las ideas claras pero tan propenso a asustarse como el valiente de Cassius...

El Pelusa parece estar hecho un emprendedor en toda regla, ha abierto una cafetería con Luz, su actual novia y futura esposa y se le ve muy feliz, siempre lo ha sido. Me invitaron a comer con ellos sin coste alguno (tendré que ir mas a menudo...) y cuando nos quedamos los dos sólos poco tardamos en recordar el suceso que os relato a continuación.

Pelusa- ¿Te acuerdas?
Cassius- No me acuerdo no, ¿tú que crees?.
Pelusa- Es lo primero que me vino a la mente cuando hablamos ayer por teléfono, no le he contado a mi novia nada porque es un poco alarmista y al igual se hace una idea rara.
Cassius- Tranquilo, yo también lo tenía apartado en la memoria, pero para eso están estas visitas, se lo contaría de ser tú, es algo anecdótico y no tiene nada malo pero como no conozco mucho a tu novia no estoy seguro, yo creo que se lo tomará a cachondeo.
Pelusa- ¿Tú crees?.
Luz- Aquí está tu café Cassius, toma el tuyo cielo y... ¿de que os reis?
Pelusa- Recordabamos viejos tiempos, ¿quieres oir una historia interesante?
Luz- Venga.
Pelusa- Cassius, haz los honores que se te da mejor.
Cassius- Por supuesto señor Pelusa, oye Luz.
Luz- Oigo.
Cassius- ¿Alguna vez te han encañonado tres parejas de la policía local con sus armas, en una glorieta mientras conduces, en un lugar céntrico de la capital, a una hora en la que la calle estaba a rebosar de transeuntes?
Luz- ¿Que..?
Pelusa- Jajajaja a nosotros sí, escucha escucha.

Año 2002, febrero, domingo a media mañana, comienza el FLASHBACK.

12:00 A.M.
El teléfono suena y suena y suena y suena.... ¡Coño!

Cassius- ¿Sí? ¿Quien es?
Pelusa- Que pasa titán, no jodas que estabas dormido.
Cassius- Estaba dormido y para mi desgracia hace mucho que no jodo...
Pelusa- ¿Te acuerdas la chica que me dió el teléfono ayer? ¿La brasileña? Quiere quedar con nosotros a tomar un café y conocernos y tal, nos ha invitado a los dos.
Cassius- Y que gane el mejor ¿no? siempre ganas tú cabrón.
Pelusa- jejeje no, no, va con una amiga.
Cassius- Ok, ¿a que hora?
Pelusa- Pues están esperando, date prisa.
Cassius- Vale, en una hora te recojo.
Pelusa- Joder una hora pero que coño vas a.....
Cassius- Que sí...

Ti ti ti ti ti ti, dejo al Pelusa hablando sólo con su pensamiento y selecciono algo de ropa con la que tratar de aparentar tener algo de estilo, cuando encuentro lo que a mi entender parece adecuado para la ocasión... ...lo vuelvo a meter en el armario e intento por segunda vez a ver si despierto algo del sentido de la elegancia que oculto en el fondo (muy en el fondo) de mi extravagante personalidad. Terminada la pelea con la ropa, a la ducha y en camino.

Llego a la calle donde vive el Pelusa en el centro mismo de la capital y saco el móvil, típico, para hacer una llamadita perdida y que se espabile.

Pelusa- Sí dime.
Cassius- Joder no lo cojas coño, me cuelgas y bajas.
Pelusa- Catalán.
Cassius- ...... que bajes.

Ahí llega el Pelusa, el tío tiene una percha todo hay que decirlo espectacular, rubio, ojos azules y viste con mucho estilo, propio de la gente de capital. Quiero aprender de él pero soy un mal estudiante, así lo delata mi camisa hawaiana y mis pantalones de pescador acompañados de unas chanclas más que gastadas, yo diría que exterminadas... que vergüenza.

Cassius- Bueno que, donde has quedado con ellas.
Pelusa- Tío acabo de hablar con ella y me pasó su dirección que vayamos a su casa que su amiga está algo malilla para salir.
Cassius- Ok, la enferma para tí.

Humor machista, lo sé, pero así de bruscos y ordinarios somos los hombres entre nosotros y tengo que reconocer que algunas costumbres en mi forma de ser necesitan corregirse, estoy en ello, lo prometo.

Pelusa- Fuerte animal, anda, tu vete como para el estadio de fútbol que vive por ahí cerca yo te digo.
Cassius- Vamos "payá".

Más rodaje y gasto de gasolina por culpa de los abundantes semáforos, ceda el paso y pasos de peatones. Imagino como sería conducir por la ciudad en plan Grand Theft Auto, mmmm, no, no es buena idea hacer eso, mejor gasto gasolina.

Pelusa- Es aquí, el edificio ese donde la tienda de informática, aparca por detrás que hay sitio de sobra.
Cassius- Menos mal, no era tan cerca no.
Pelusa- No te quejes... ...oye, ¿que coño son esos gritos? ¿no los escuchas?

Agudizo el oido todo lo que puedo y sí, ahí están, se oyen gritos de alguna discusión dentro del edificio, riñas cotidianas de todos los días, parece ser alguna chica que le hecha una bronca a su novio imagino aunque no se oyen voces masculinas, sólo escucho los gritos de una chica. No, espera, ahora se nota que la voz femenina que grita son dos chicas distintas, riña entre chicas.

Pelusa- Joder menuda bronca tienen ahí montada, bueno, a lo que vamos el piso es el 3-B espera que toco al timbre.
Cassius- Jesús colega, no paran los gritos.

¿No paran? En el momento en que el dedo del Pelusa se posa en el pequeño botón que activa el timbre la discusión cesa... ...preocupante.

- ¿Sí?
Pelusa- ¿Hola? Soy el Pelusa, hablamos hace nada por teléfono quereis salir a tomar algo o subimos.
- Necesito ayuda subid por favor mi amiga está loca.
Cassius- Pues sí que está mala sí.
Pelusa- Shhh, calla hombre, oye Martina (así se llamaba nuestra amiga brasileña) ¿va todo bien? hemos escuchado gritos en tu edificio, espera que subimos enseguida ¿vale?.
Martina- Sí por favor, subid subid, necesito ayuda.
Cassius- Joder tío esto parece serio corre sube.
Pelusa- Vamos.

La voz entrecortada por algún sollozo de Martina nos pone en alerta y me hace imaginar de todo, y no es plan de darse la vuelta y volver por donde hemos venido, como he dicho una cosa es el humor a veces cruel del que hacemos gala y otra que seamos crueles o impasibles ante cosas así, no podría dormir esa noche si no trataba de ver en que podía ayudar a esa hasta el momento desconocida. Llegamos al 3-B, la puerta está abierta y los sollozos ahora son más claros que antes, al pasar al interior del apartamento reconozco a la chica de anoche, Martina, sentada en una silla del salón junto a una auténtica preciosidad de cabellos rubios acostada en el sofá con las manos sobre la cabeza.

Pelusa- Ey ¿que pasa aquí?
Martina- Mi amiga, se ha tomado medio bote de somníferos y no quiere ir al hospital, por favor ayudadme a llevarla al hospital no quiere ir, se quiere morir...

El pulso se me acelera, la mente se queda en blanco, los nervios son dueños de mis actos pero ahí está la serenidad del Pelusa que me sujeta del brazo y da las ordenes apropiadas para solucionar el conflicto.

Pelusa- Agarra sus piernas y la llevamos al coche entre los dos.
Cassius- Ok, Martina por favor abre la puerta y coge las llaves de mi coche, joder, vamos rápido.

La preciosidad de cabellos rubios no parece despertar de su letargo, espero que no sea demasiado tarde porque ver morir a alguien delante de tus narices y sin poder hacer nada no debe ser algo fácil de superar. ¿Porqué una chica tan bonita llega a esos extremos? A saber....

Bajamos las escaleras sin problemas, la chica no reacciona y Martina sujeta su mano dandole algunas palabras de consuelo, le explica en portugues que vamos al hospital y que no se preocupe que somos dos amigos, que todo va a salir bien.
Pero esos no son los planes del angel de rubios cabellos que en cuanto ponemos el primer pie en la calle despierta de su extraño sueño y se lía a gritos, patadas, arañazos conmigo y el pobre Pelusa, joder, uno de los tacones se clava en mi antebrazo (no me di cuenta en ese momento pero me hizo sangre la ahora demoníaca rubia).

Pelusa- Ostias, ¡pero que haces! ¡para joder que te queremos ayudar!
Cassius- ¡Ay!
Martina- ¡Tranquila por favor tranquila!

Pero nada la calma y continúa aplicando su peculiar Taekwondo, sus gritos son cada ves más fuertes y pasan a ser auténticos alaridos y llamadas de auxilio (en portugues por supuesto) unidos los gritos nuestros atraen miradas de todas partes y el forcejeo en plena calle tratando de acercarla al coche es un auténtico espectáculo, el coche, mierda, incluso mi pobre coche recibe una patada en el retrovisor de aquel demonio rubio que no para de gritarnos cosas en portugues imagino que nada amigable.

Cassius- ¡Mi coche! ¡Mecago en...! Tú vas al hospital como que yo me llamo Cassius, ¡ah! ¡el pelo no! ¡el pelo no!
Pelusa- ¡Martina súbete detras y trata de calmarla por dios!
Cassius- ¡No me tires del pelo joder!

Vaya escena, yo suplico que me suelte el pelo y lamento la amputación del espejo retrovisor de mi coche, el Pelusa grita que se calme de una jodida vez, Martina que la sujeta por la espalda para que no salga otra vez del vehículo y casi no nos damos cuenta de que un domingo a esa hora todo cristo está en su casa disfrutando del almuerzo, son cientos de ojos los que atraidos por el alboroto observan la operación desde ventanas, balcones e incluso la gente que pasa por la calle que extrañados ven a tres individuos forzando a una aparentemente inocente chica a entrar en su coche...

Todo en orden, estamos en marcha camino del hospital aunque algo intranquilo por el interés que algunos de los que se encontraban a pie de calle mostraban en la matrícula de mi coche, me digo a mi mismo que soy un paranoico y mando a la papelera de reciclaje de mi cabeza despeinada esa extraña e incómoda sensación.

Hace una hora y media que dejamos a Martina en urgencias con su amiga y mientras me fumo hasta el último pitillo que me quedaba en la cajetilla valoro los daños ocasionados a mi malogrado coche, vaya mierda, tiene golpes por dentro, un espejo colgando y varios rallones en la carrocería.

Cassius- Pelusa, si la chica esa sale de esta, la mato.
Pelusa- Joder se que es una putada lo del coche pero como iba a saber yo, lo siento.
Cassius- Nada hombre, paso de decirle nada del coche que capaz entra en otra crisis, me tocará joderme, mira, ahí sale Martina.
Martina- Chicos, muchas gracias de verdad, le han hecho un lavado de estómago y la dejan esta noche ingresada mañana la verá un psicólogo.
Pelusa- ¿Pero a que ha venido eso? No es por ser enterado pero vaya movida tiene que haberle pasado para llegar a esos extremos...
Cassius- Lo mismo digo, no lo entiendo, una lástima que pasen estas cosas, pero pasan, si no es muy indiscreta la pregunta ¿todo esto a que se debe Martina?

Martina nos explica que llevan dos años viviendo en esta ciudad y que no se han logrado de momento adaptar muy bien, su amiga tenía hasta hace unas semanas un novio que representaba un gran apoyo para ella y la ruptura de la relación no hizo más que sumarse a los problemas de adaptación que sufrían como extranjeras en un lugar donde prolifera el ambiente xenófobo y donde nadaban como pez fuera del agua. Nos relata otros problemas que han tenido desde que llegaron aquí y que sumados a los que propiciaron su marcha de Brasil parecen dar un sentido a lo que había pasado. Es una pena y creo que yo no podría reunir el coraje suficiente ni tan siquiera para plantearme el éxodo a otro país, ni de superar lo que hasta la fecha han superado ellas, y luego nos quejamos en España por cualquier piedra que aparece en el camino.

Martina- Necesito irme a casa y descansar, me levanté temprano y anoche apenas dormimos ninguna de las dos con la dichosa ruptura de su novio, me han dicho que tengo que dejarla descansar y de paso lo hago yo, luego volveré con algunas de sus cosas creo que habeis hecho demasiado, mejor vuelvo en un taxi.
Cassius- De eso nada, por favor, deja que te acompañemos y no te preocupes, esto ha sido inesperado para todos y no debes sentirte culpable, son cosas que pasan, ánimo.
Martina- Gracias, eres muy amable, mmmm...
Pelusa- Cassius.
Martina- Cassius, perdona es que con todo esto ni me acordaba de tu nombre, lo siento.
Cassius- No pasa nada, vamos. (no sabe mi nombre, gana el Pelusa, la historia se repite)

Rumbo a casa de nuestra compañera y de camino hablamos de esto y de aquello tratando de evadir por un instante lo sucedido, de momento intentamos levantar el ánimo de la chavala que parece bastante afectada. Al entrar en la ciudad por la calle principal escucho el sonido de unas sirenas, algo normal en pleno centro urbano, me paso al carril derecho instintivamente dejando el camino libre a las sirenas que parecen dirigirse en la misma dirección que nosotros y continúo con la marcha, entro en la famosa glorieta de la plaza de España, rodeada de bares, cafeterias y locales de alterne en general y para nuestra sorpresa las sirenas que ahora suenan a nuestro lado son acompañadas del estruendo sonido de un vehículo al quemar neumáticos.

Cassius- ¡Joder que coño hacen!
Pelusa- ¡Cuidado, para para!

Son varios coches de policía, uno se cruza delante nuestro con una maniobra auténticamente de Hollywood, otro cierra el paso por detrás y el tercero se pega a mi izquierda casi lo justo para poder abrir la puerta. Seis agentes de la local se bajan apresuradamente y nos encañonan, sí, nos encañonan con el arma y a gritos nos ordenan abandonar el vehículo con las manos sobre la cabeza...

Pánico, puro pánico, estos tíos nos pegan un tiro al menor movimiento extraño, no entiendo con quien narices nos deben haber confundido pero estoy realmente acojonado, por lo que puedo observar el Pelusa no está mucho más relajado que yo, su rostro se vuelve de un blanco sepulcral e imagino que el mío no debe distar mucho del suyo, Martina se hecha las manos a la cabeza y se queda congelada en el asiento trasero del coche.

Policía- ¡Bajense del vehículo! ¡Despacio y con las manos en la cabeza! ¡Inmediatamente!
Pelusa- Creo que se confunden nosotros no...
Policía- ¡Callese! ¡Le han ordenado que se baje del vehículo!

No puedo pensar, sólo veo la imagen de esos seis agentes abriendo fuego y nuestros cuerpos atravesados por un sinfín de proyectiles (tengo una mente sobrealimentada de películas de acción), acribillados ante la mirada de cientos de transeuntes que muestran toda su atención en lo que está pasando, deben pensar que somos una especie de macarras de poca monta con un coche robado o con droga encima o vete a saber que, el caso es que la fama nos acompañará a los ojos de esa gente de por vida. Que mal.

Cassius- ¡Alto el fuego!
Policía- ¡Que dice de alto el fuego! ¡Callese y ponga las manos sobre el capó!
Cassius- ¡No dispare por dios, no dispare!
Pelusa- Tranquilo tío, haz lo que dicen.
Policía- ¡Nadie va a disparar si hacen ustedes lo que se les ordena! Señorita, por favor, baje del vehículo y acompañenos.

¿Que? ¿Todo esto es por Martina? ¿Nos mintió y se ganan la vida con el narcotráfico o algo igual o más ilegal que eso? Pero que...

Cassius- Agente nosotros no...
Policía- Usted cállese le he dicho, vacíe los bolsillo y no hable.
Cassius- ......

Nos colocan las esposas, y cuando se dirigen con nosotros a los coches patrullas doy gracias a dios de trabajar en otra ciudad, bastante alejada de mi hogar y donde no tengo parientes o conocidos que se enteren de este supuesto acto delictivo que aún por comprender, que vergüenza. Uno de los policías, el más viejo, habla con Martina al otro lado del apresurado cerco policial y llama la atención de los que nos empujan al interior de los vehículos.

Policía- ¡Eh esperad! Falsa alarma chicos, parece que todo está controlado, estos son los papeles de urgencias, la supuesta secuestrada sufría una crisis y un intento de suicidio los chavales al parecer querían ayudar. Lo siento señores, pero hemos recibido una llamada por un intento de secuestro, alertados por unos gritos y una fuerte discusión nos llamaron y nos dieron la matrícula de este vehículo.
Cassius- ¿Secuestro?
Pelusa- Lo entiendo, el espectáculo que hemos dado en esa calle pegando gritos y forzando a entrar a la chavala en contra de su voluntad en el coche es lo que ha debido aparentar.
Cassius- Oh señor, agente, ¿esto supone algún..
Policía- No se preocupe, ha sido un malentendido, todo aclarado, como comprenderá no está el patio como para hacer caso omiso a estas cosas y llevamos cerca de dos horas buscando como locos por toda la ciudad el coche y a sus ocupantes, hay una patrulla esperando en el portal de su edificio señorita, ya les avisamos por radio, y les pido disculpas otra vez.
Martina- Que fuerte...
Pelusa- Tranquila, todo está aclarado, ¿podemos irnos agentes?.
Policía- Por supuesto señor, por nuestra parte está todo resuelto, ¿su amiga se encuentra bien señorita?
Martina- Está en urgencias pero se recupera bien, mañana viene lo difícil a ver que pasa con el psicólogo.
Policía- ¿Podemos hacer algo por ustedes? ¿Necesitan algo?
Cassius- Una máquina del tiempo necesito.
Policía- .....
Cassius- Perdón, no necesitamos nada, sólo irnos a casa y descansar.
Policía- Ha sido un día bastante sonado para nosotros también, les pido disculpas nuevamente por el método empleado y las molestias ocasionadas.

Sí ya, muchas disculpas pero la fama, no nos la quita nadie, se acabó ir de copas por esos bares y menos mal que al año cambié de coche, cada vez que entraba en la ciudad podía sentir que de los miles de ojos que nos observaron ese día muchos me reconocían al pasar, yo, "Cassius el secuestrador", vaya cosas le pasan a uno para que luego digan que si actúas bien recibes buen karma, los cojones...

Lo único bueno es que la chica salió de su crisis y a pesar de perder el contacto con ellas, tengo buenas sensaciones sobre su actual situación, es sólo una sensación pero al mes de salir del hospital se les veía bastante bien. Nunca me cité con la rubia por miedo a sufrir una especie de "Instinto Básico", entre los tirones de pelos, arañazos y el tacón que me dejó cicatriz en el antebrazo, la imaginaba acercarse a mí en la intimidad con un picahielos oculto...

Trauma trauma...

Señoras y señores, el secuestra-brasileñas se despide, hasta otro FLASHBACK.


15 comentarios:

Miry dijo...

Sí, soy yo (cara sonrojada)


Yo tengo un hamster que se llama Pelusaaa!!! jajaja...


Me encanto el texto...


Un saludo!

Anónimo dijo...

Te devuelvo la visita,jeje...la verdad es que aún sin bajarte del coche, yo al menos, empiezo a temblar como una tonta; impresionan de que manera, asi que me imagino vuestro estado perfecamente... Uno de estos días contaré mi última movida en cuestión de controles... Es para partirse de risa, pero en aquel momento yo me moría de miedo...

EasyCure dijo...

Macho Cassius... te haces de rogar pero ¡¡la espera bien vale la pena!!

Jejejejee sabía yo que estabas 'recociendo alguna buena!!! Joder que crack!!

Yo tenía un ford fiesta matricula de Barcelona y como ademas en mi oficio curras muchos domingos pues caminito de la radio me paraban todos los domingos la misma pareja de la guardia civil... me decían que tenían ordenes de parar toda matricula de fuera... al final hasta hicimos amistad jajaja lo digo por si te hacen falta contactos :)

Saludos samberos camarada!
(jejej meos samba e mais trabaillar jejej)

Misaoshi dijo...

Pero es verdad eso :o ??

Yo si habría quedado con la rubia jajajja y encima le habría hecho pagar el retrovisor al menos xD

Gracias x pasar por mi blog, y si, estoy buscando un coche caca de estos ya rayados que uno más no se note jajaja

LoOla dijo...

Madre mía... No me explico cómo saliste vivo xD

Besos brujos!

Cassius dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cassius dijo...

Miry: Ese hamster pelusa debe ser un juguete, siempre he tenido miedo a un mordisco de cualquier animalillo de compañía, sobre todo de dimensiones pequeñas por un pequeño trauma con un tití (un monillo de esos de circo) que no faltará en las páginas de este diario y la falta de contacto con roedores de ese tipo me ha hecho verlos como a los Gremmlins, dale un besote de mi parte.
Y no quites la foto que ya es demasiado tarde para ocultar las partes nobles, demasiado tarde xD.

Amiga mía: Has lanzado a la perfección la caña y he mordido el anzuelo llamado curiosidad, por favor, no nos dejes sin tu anécdota policial que tengo muchas, algunas incontables, dígase que de joven era algo Yakuza en mis ratos libres. Pero estoy en el buen camino y eso lo demuestra que ya no llevo encima el collar localizador... ...es broma, o no.

easycure: jajaja "meos samba e mais trabaillar" y "mais dinero" como diría Ronaldo, me lo anoto, y sí que vendrían bien esos contactos, tengo un amigo que a veces viaja en lanchas rápidas desde Casablanca hasta las Islas Afortunadas, sólo por mero entretenimiento claro está (no te imagines nada raro ejem ejem) le vendría bien algo de cuerda con el tema policial...

Misaoshi: es cierto, toda historia que veas por aquí tiene un 75% o más de veracidad y el resto es... es... es aburrimiento y poca televisión, o demasiada según como se mire. Suerte con el coche que pena no haberte conocido antes y te habría vendido mi incansable y fiel amigo el Opel Corsa, a falta del susodicho espejo claro está.

Loola: Ni yo señorita, ni yo me lo explico, bueno algo sí que entiendo, esto no es norteamérica, aquí asustan pero con el seguro puesto y la recámara vacía y preguntan bastante antes de apretar el gatillo, gracias a dios no llegamos al nivel de "Estados Desunidos" donde probablemente habría acabado con un táser clavado en el pecho y haciendo la serpiente en la calzada a base de espasmos, menos mal...

EasyCure dijo...

Lo sabía!!! jajaja tenía que ser un Corsa!! Puritita carne de perro, incombustibles e inagotables. Aún tengo el mío, rojo y sin espejo, aunque fue un repartidor de MRW el que se lo cargó... para mi deshonra, nada de brasileñas macizas. Por cierto, a ver si me invitas con tu colega a dar una vueltecita en una planeadora de esas que me hace 'ilu' y puedo echarle una mano por si hay que soltar algun fardejo jejeje

Y por supuesto, unamos nuestra voz a la del gran 'Ronaldinho': 'mais dinerinho presidentinho!!!!' que con los 400 euros no nos da ni para gambas ;)

Saludos depresivo-futboleros. (Vaya añito que me ha dao el barça... la madre que los parió)jajajajaja

Cassius dijo...

No se si llegaste a probarlo alguna vez pero los Opel Corsa de toda la vida, los modelos viejos viejos tienen un método increible para arrancarlos que seguro habrás oido por alguna parte.

La luz de emergencia, esa que activa los cuatro intermitentes del coche se puede extraer del salpicadero, esa pequeña cajita con el triangulito rojo, (todo esto sin llaves, que no hacen falta!!), lo dicho, sacas las luces, le das la vuelta al triangulito dejando que apunte hacia el suelo y lo vuelves a meter en el salpicadero y tachan!! empuja el coche con un cambio puesto (sin llaves repito) y el cabrón arranca.

Me han dicho que es un fallo de fabricación y otros que eso fue a posta por la casa Opel y luego viendo lo fácil que era sustraer los pobre "Corsarios" desistieron la idea en futuros modelos...

El día que me enteré aluciné en colores.

Y sí, mi colega dice que puedes dar un paseo con la lancha sin problemas pero antes de subir tenemos que tomarnos no se que historia para inhibir los ácidos del estómago, dice que así sientan mejor esos canapés tan extraños que hace tragar cuando viajas en su lancha y que insiste en que no mastiques, luego me suele perseguir hasta que voy al baño a hacer vientre, un poco rarillo si es el colega, pero no soy capaz de imaginar nada malo...

EasyCure dijo...

Jajajaja... valientes canapés!!

Lo dicho Cassius, eres un monstruo!!

Mejor que tomarnos tanto omeprazol vamonos de cervezas y que tu colega se coma todos los condoncillos que pueda jajaja...

Narco-saludos. :)

Anónimo dijo...

jajajjajajajajaj que va todavía no le he dado, me daba demasiado gusanillo y como estábamos en un lugar con muxo tráfico me daba miedo cagarla y lo probó mi hermano conmigo de copiloto y ya ves, está genial todo y megabarato.

Toy a rebosar de alegría ^^ pero hasta dentro de 2 semanas no podré conducirlo U_U

Gracias x pasar!

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

JAJAJAJA, que bueno, yo tambien
necesito una maquina del tiempo a veces. El poli se quedaria con cara de estatua...

Fantastica historia.

Salu2

Cassius dijo...

Ups! No puedo inventar hasta ese punto, es decir, no puedo mentir.

La parte en la que comento lo de la máquina del tiempo pertenece a la ficción que le doy a los relatos pero de seguro que se habría quedado de piedra de tener el valor de comentarle algo así jejeje.

Me callé eso sí pensando en las armas que descansaban en ese momento en sus fundas o en que no se lo tomara muy bien el vacile de ese tipo, que la policía aquí en las islas afortunadas (y más en la capital) está bastante quemada de los "chiquillajes" como dicen en la isla donde trabajo en la actualidad.

Aprecio bastante que te guste la historia Cornevils, saludos camarada.

Anónimo dijo...

http://mosaicoderetazos.blogspot.com/2008/05/tengo-varias-historias-pendientes.html

Lo prometí y lo hice,
Un besote

Cassius dijo...

Olé, gracias por compartir esa anécdota y hay que ver por lo que pasaste, ¡tres controles en una noche!, eso es para el libro guiness.